Una tarjeta de crédito en comparación a un crédito personal

La tarjeta de crédito y el crédito personal son dos productos financieros que cuentan con características similares. Por ejemplo, ambos se pueden utilizar para solucionar un problema de poco fondo. Sirven para hacer frente a gastos inesperados, pagar colegiaturas, cuentas de hospital o los gastos de una fiesta.
Pero no es igual conseguir ayuda de una tarjeta de crédito que utilizar un crédito personal. Cada uno cuenta con ventajas y desventajas que permiten salir de un imprevisto pagando de diversas formas.
Solicitud y trámite. Hablando de tiempos y requisitos un crédito personal es menos tardado y tedioso que una tarjeta. Las tarjetas pueden solicitar un aval, garantía y demostrar un ingreso fijo por medio de nómina. Por la necesidad de las personas y de acuerdo con su emergencia, los créditos personales resultan más rápidos de conseguir. La mayoría de los bancos maneja créditos preaprobados que se concluyen cuando el interesado presenta interés por adquirirlo.

Forma de pago. Los créditos personales permiten disponer de efectivo en poco tiempo, pero los plazos de devolución son largos. Es decir, en promedio un crédito personal se liquida entre uno o dos años, con pagos mensuales que incluyen los intereses. En cambio, la tarjeta de crédito permite una liquidez de corto plazo y sus pagos son mensuales, aunque gracias a su capacidad, pueden ser utilizadas para pagar más cosas.
Disposición de efectivo. La solicitud de ambos productos financieros puede ser tardada. Con un crédito personal se dispone de efectivo desde el momento en el que se acepta, en cambio la tarjeta de crédito muchas veces tiene un límite de efectivo disponible para ser utilizado. Sin mencionar que puede incrementar sus comisiones en caso de que se solicite el efectivo. Hay que recordar que la finalidad de una tarjeta de crédito es sustituir los pagos en efectivo.
Intereses y costos. Las tarjetas de crédito pueden eliminar los intereses cuando la deuda se liquida cada mes de forma puntual. Los créditos personales cuentan con planes de pago que ya incluyen intereses. Es bien sabido que los créditos personales se deben regresar siempre con un monto superior al de la deuda inicial. En caso de no pagar de forma puntual, se deberá cubrir un costo extra como comisión por pago tardío. Este monto puede incrementar si pasan más días desde la fecha de pago.
Otro punto a considerar sobre las tarjetas de crédito son los beneficios exclusivos que se adquieren como cliente. Entre estos destacan los puntos acumulados, millas, descuentos especiales y más. Los préstamos personales reducen su servicio únicamente a que el cliente salga de su imprevisto y con posibilidad de extender su crédito en caso de una nueva solicitud.
El único problema al que se enfrentan los solicitantes de ambos productos es que las financieras están limitando sus aprobaciones a clientes que tienen buen historial crediticio. Una mala calificación financiera reduce las posibilidades de conseguir un crédito o tarjeta. Los morosos no son bien vistos por las instituciones financieras y suelen ser rechazados.
La selección de cualquiera de estos productos financieros dependerá de la utilidad que se le quiera dar. Por ejemplo, uno de ellos es ideal para salir de compras, pagar servicios o incluso vacacionar. Mientras otro permite que se resuelva una situación, de forma rápida y disponiendo de una cantidad más amplia.
El crédito personal vs la tarjeta de crédito
