En México, el uso de tarjetas de crédito es cada vez más común y ha experimentado un crecimiento importante en los últimos años. De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), en 2021 se contabilizaban más de 33 millones de tarjetas de crédito activas en el país. Sin embargo, el desconocimiento de los usuarios sobre los términos y condiciones de los contratos de tarjeta de crédito puede generar una situación de endeudamiento insostenible.

Uno de los aspectos que más preocupa a los usuarios de tarjetas de crédito es el interés que se cobra por el uso de la línea de crédito. En México, existen dos conceptos que se utilizan para referirse al interés en tarjetas de crédito: el APR y la tasa de interés.
El APR, o tasa anual equivalente, es una medida que incluye todos los costos asociados al crédito, como la tasa de interés, las comisiones y los cargos por pagos atrasados. El APR se expresa en términos porcentuales y se calcula anualmente. Es importante destacar que el APR es una medida estándar que permite comparar diferentes ofertas de crédito, ya que incluye todos los costos asociados al crédito. En México, la Condusef establece que las instituciones financieras deben informar el APR de manera clara y accesible en todos los contratos de tarjeta de crédito.

Por otro lado, la tasa de interés es el costo que se cobra por el uso del crédito y se expresa en términos porcentuales. La tasa de interés puede ser fija o variable. En el primer caso, la tasa se mantiene constante durante todo el plazo del crédito. En el segundo caso, la tasa puede variar en función de ciertos indicadores financieros, como la tasa de interés interbancaria o la inflación.
Es importante tener en cuenta que la tasa de interés no incluye otros costos asociados al crédito, como las comisiones o los cargos por pagos atrasados. Por lo tanto, es posible que una tarjeta de crédito tenga una tasa de interés baja, pero un APR elevado debido a la presencia de otros costos.
En México, la tasa de interés de las tarjetas de crédito puede variar ampliamente entre las diferentes instituciones financieras y los diferentes tipos de tarjeta. Según datos de la Condusef, en marzo de 2022 la tasa de interés promedio para tarjetas de crédito bancarias era del 26.9%. Sin embargo, algunas tarjetas pueden tener tasas de interés mucho más altas, que superan el 50% anual.
Es importante destacar que la tasa de interés puede tener un impacto significativo en el costo total del crédito. Por ejemplo, si una persona adquiere una deuda de $10,000 a una tasa de interés del 20% anual y paga el saldo en 12 meses, pagará un total de $11,967.50, lo que implica un costo financiero total del 19.68%. Si la tasa de interés fuera del 30%, el costo financiero total aumentaría a $13,384.10, es decir, un 33.84%.
